Aventúrate en esta conversación con Alfredo Leal, el responsable de gestionar y mantener el proceso de producción que garantiza la calidad de los productos Laskasas.
¿En qué año te incorporaste a Laskasas?
Alrededor de 2009 o 2008, llevo aquí unos 15 años.
¿Cómo es tu día a día? ¿Cómo es tu día a día en Laskasas?
Suelo levantarme temprano, soy la primera persona en llegar. Vivo a unos 15 kilómetros y llego aquí sobre las 6:55/6:50.
Empiezo encendiendo las máquinas, algunas de las cuales necesitan tiempo para calentarse o arrancar correctamente. Dejo todo listo para cuando empiecen a llegar los equipos. También me suele gustar estar un rato solo, sin ruido ni confusión, para observar un poco.
Ver el estado del trabajo y prepararme para el día. Paso por la zona de acabado, la de montaje, la de tapizado. Siempre me gusta ir a la zona de logística y dar un poco de apoyo al personal que va a casa de los clientes.

Ebanista terminando un mueble de Laskasas.
¿Cuál es tu pieza favorita? ¿Qué es lo que más te gusta hacer o lo que te parece más bonito?
En mi puesto hay muchas piezas que nos gustan, porque estamos orgullosos de lo que hacemos y construimos. Para mí, nuestro trabajo es un arte. Así es como lo siento. Cogemos una tabla o una losa y se trabaja, se transforma por todo el equipo. Cuando está acabado, tenemos una obra de arte en la que ha participado mucha gente.
Al final, hasta las piezas más sencillas deslumbran. Es difícil elegir solo una. Me gusta mucho la Mesa de Comedor Kelly, una mesa sencilla que se adapta a cualquier espacio.
También me gustan mucho los aparadores. Hay uno con un diseño minimalista que es el Macau. Además de ser fácil de fabricar, es versátil y encaja en cualquier sitio.
Siempre buscamos la calidad. Los muebles no salen de aquí si no son de buena calidad.
¿Cuáles son, en tu opinión, las piezas más difíciles de producir? ¿Por qué?
Las piezas curvadas, como el aparador Brown y el mueble de TV Brown. Estas piezas requieren una técnica de curvado de la madera que se ve afectada por el clima. La humedad y el calor afectan a la pieza. Las piezas curvadas son las más difíciles, se tarda mucho en hacerlas y requieren habilidad y técnica. El aparador Dean es otro ejemplo.
El Mueble Bar Alvar también requiere mucho trabajo y habilidad por sus esquinas curvas y su interior, que sobresale de otros muebles. Tiene cuero, mármol, espejo, madera y metal. Este mueble combina varios materiales y tiene muchos acabados diferentes.

Ebanista trabajando en tableros de MDF en la fábrica Laskasas.
¿Cuáles son las principales etapas del proceso de producción? ¿Cómo se coordinan?
Todas las etapas son importantes. Todas son importantes. Desde la venta inicial hasta la entrega.
Aunque hay algunos límites en cuanto a los materiales, en nuestra empresa conseguimos que todo sea posible. Hay que adaptar las piezas para que el mueble sea funcional. Siempre hay un equilibrio entre los planos técnicos, los límites de producción y los deseos del cliente. No pasa nada, no hay cambios, sin la aprobación del cliente.
¿Y cuáles son las principales dificultades o problemas en todo este proceso?
No hay muchos. Donde más dificultades surgen es en la producción de MDM (muebles a medida [peticiones especiales del cliente]), que son muebles totalmente fuera de lo común. Una parte más alta, otra más baja, otro cajón, otra puerta. Cada vez más gente quiere muebles a medida para su casa. A la forma y el tamaño de la casa, y a veces tenemos que crear piezas que se puedan ajustar sobre la marcha.
Nunca hay dos piezas iguales. El tamaño, la profundidad, la forma y el acabado son siempre diferentes: todo depende del pedido del cliente. Aunque hay algunos diseños inusuales, todo se puede fabricar.
Desde que estás aquí, ¿cuáles consideras que han sido los momentos más importantes para Laskasas?
Cuando la empresa decidió internacionalizarse.
Creo que fue uno de los momentos en los que la empresa empezó a crecer más. Porque el mercado nacional ya se nos quedaba pequeño. Luego pasamos a las ferias internacionales y la empresa evolucionó.
Es importante seguir mostrando nuestra marca ahí fuera. Ya vendemos a muchos países, pero queremos vender a muchos más.

Alfredo Leal y José Mesquita en la fábrica de Laskasas analizando planos técnicos.
¿Qué se siente al saber que las piezas construidas por ti y tu equipo forman parte de hogares de todo el mundo?
Sí, es un orgullo. A veces estamos viendo la tele y aparece un mueble nuestro y lo reconocemos. Son nuestros muebles exclusivos y sabemos que han pasado por nuestras manos y nuestro cuidado. Y eso siempre es motivo de orgullo.
Incluso ahora, los muebles que hicimos para la Jornada Mundial de la Juventud. Eso fue motivo de orgullo.
Alfredo Leal en la fábrica Laskasas
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